Andrés Roca Rey le compuso la plana al débil y gris ganado de Peñalba que colaboró para la floja tarde en El Nuevo Progreso.
El espada del Perú cortó las dos orejas de su primero, la segunda rechazada por buena parte de la clientela.
“Costurero” saltó al ruedo para sustituir al débil y lastimado “Soñador” que encendió las alarmas sobre el estado general del encierro; Roca Rey le toleró poco al astado y mandón, lo metió a su muleta para enderazar su primer turno.
Despachó de media estocada para que el biombo otorgara dos orejas, un nutrido sector del respetable protestó la decisión por lo que el andino prefirió regalar los apéndices y dar la vuelta al ruedo sin los premios.
En su segundo, también sacó muletazos con mucho mérito a un toro que regateó las embestidas; Roca Rey levantó la temperatura del coso al pararse entre los pitones para obligar a pasar al quinto de la tarde. Su defectuoso espadazo lo alejó de cosechar más trofeos.
“El Payo” enfrentó la peor parte del encierro y prácticamente pasó inédito el festejo.
Arturo Gilio recibió a su primero a porta gayola para animar los tendidos, después logró una buena faena marcada con sobrios muletazos por derecha que malogró con el acero.
Con el último de la corrida, el diestro de Torreón finiquito pronto el compromiso tras batallar para encontrar tela de donde cortar.
