Responsive image

Ortega en plan de maestro en Guadalajara

Luis Fernando Loza Lepe, Guadalajara. - Colaboración Especial - 23/11/25

Guadalajara, Jalisco.- El español Juan Ortega cortó la única oreja de la tarde en El Nuevo Progreso para resultar triunfador del festejo en el que se lidió un encierro de Los Encinos con notorias carencias, Diego Silveti se quedó a muy poco de tocar pelo y a Diego San Román la diosa fortuna le dio la espalda cuando parecía tener la mesa puesta para reforzar el idilio con la afición tapatía.

 

Ortega entregó en su segundo una faena de alta escuela, detalles finos en cada capotazo y muletazos, estos últimos deletreados en varias ocasiones que surgieron de las condiciones que presentó “Tapatío” con su entregado recorrido, aprovechado al máximo por el espada sevillano.

 

Media estocada en buen sitio fue suficiente para finiquitar el compromiso con el quinto  de la tarde para recibir el único apéndice de la corrida, en su primero había firmado una faena con el mismo sello de lentitud y temple a “Guantero” que sin protestar siguió su muleta una y otra vez; el brindis que realizó minutos antes a Cesar Rincón fue uno de los instantes memorables de la tarde, al final de su labor despachó hasta el segundo viaje y pese a la efusiva y mayoritaria petición de oreja, la autoridad no tuvo la misma opinión; vuelta al ruedo para Ortega.

 

Diego Silveti agradó al tendido con la suavidad de su capote y la firmeza de su muleta, que marcó el rumbo de la parsimoniosa embestida de su primero, “Oye poco” empezó a perder las manitas, el torero de Guanajuato concluyó la lidia después de un pinchazo, saludó con fuerza desde el tercio.

 

Para su segundo Silveti enfrentó a “Andaluz”, tras saltar al ruedo sufrió un resbalón en la arena que le afectó la motricidad en las patas traseras, ya con la muleta, el toro cayó por lo menos media docena de ocasiones para que Diego decidiera ir por el acero, trámite que tardó en resolver. Silencio.

 

Diego San Román, padeció un instante de mucha mala suerte con el último del festejo; “Eleno”, fue el toro mejor presentado y el único aplaudido desde su aparición en el ruedo, tras ser cuidado en la vara y cuando parecía listo el escenario para un triunfo del consentido de Guadalajara, el burel se despitorró tras seguir el capote de un subalterno en uno de los burladeros.

 

San Román no lo podía creer y tuvo que abreviar sin poder realizar un solo muletazo.  Con su primero le impuso condiciones a un toro que terminaba con la cabeza arriba, se peleó con él en sus terrenos, aguantó la embestida “rebrincona” del ejemplar colocó un estoconazo que no alcanzó para tocar pelo y tuvo que conformarse con recibir las palmas desde el tercio.

 

El encierro de Los Encinos quedó a deber, el tercero fue bueno y el sexto nunca se sabrá que tenía dentro de sus 550 kilos y notable trapío pero fue despitorrado por su bravura.