Guadalajara, Jalisco.- No hubo fortuna en la suerte suprema para Héctor Gutiérrez y “El Calita” y se les escapó la posibilidad de tocar pelo en la séptima corrida de la Temporada Grande de Guadalajara.
Héctor Gutiérrez, que reapareció en el coso tapatío, enfrentó a dos buenos toros, con su primero trazó elegantes verónicas; “Bacachito” repetía una y otra vez al llamado de su muleta, con son y claridad.
Las series templadas y de mucho sabor por derecha emocionaron al tendido, el desencanto llegó a la hora de firmar la faena, un pinchazo y luego hasta el descabello acabaron con la magia del momento. Arrastre lento al astado y saludo al tercio de Gutierréz.
Con su segundo, la historia fue parecida, una lidia con detalles de artista, fue la que construyó el espada de Aguascalientes a “Chava”, lidia que brindó a Talavante y que, de no ser nuevamente, por la mala fortuna con el estoque, hubiese coronado con algún trofeo.Nuevamente saludó en el tercio.
Ernesto Javier Tapia “Calita” regreso al Nuevo Progreso decido a ratificar su sitio de nuevo consentido del público tapatío, recibió a porta gayola a “Buen Amigo” de Villa Carmela; con la capa fue variado y solvente, pero el destino le jugó una mala pasada cuando el tendidointuía que venía algo importante del capitalino, tras los dos primeros tercios; el toro remató en el burladero de matadores para despitorrarse, “Calita” se tapó la cara con la montera y no hubo más que hacer.
Con su segundo, también se fue a poner el pecho delante de la puerta de los sustos, Ernesto Javier pidió que solo señalaran con la vara a “Luminoso” para luego regalar entregada faena por ambos lados.
“Calita” supo llevarlo y darle su tiempo al burel entre serie y serie, la administración de fuerza que le dio el espada, fue importante para elaborar una lidia del gusto general en el exigente coso tapatío, se fue tras el estoque para dejar media que no funcionó. Despachó tras un aviso para retirarse con división de opiniones. La gente lo llamó para regalarle una sentida ovación en el tercio.
Alejandro Talavante no pudo mostrarse, con lo menos potable casi pasa inadvertido en El Nuevo Progreso. Con el que abrió el festejó no encontró nada, busco por ambos pitones sin descubrir algo que le permitiera estar a la altura, finiquitó el trámite con media al segundo viaje. Palmitas y promesa del espada “para el otro”.
En su segundo, el español observó el poco fuelle de “Cierra Puertas” desde que lanceo con el capote, pidió la mínima ración de vara para enseguida intentar llevar a su muleta al ejemplar.
Nuevamente no hubo tela de donde cortar, y con cierto enfado en los tendidos procedió a concluir su labor. Silencio.