Guadalajara.- Bruno Aloi y Andrés García cortaron una oreja cada uno en El Nuevo Progreso, cosecha que sabe a poco por lo visto en el ruedo, el joven rejoneador Emilio Cano, estuvo a la altura del compromiso, pero con poca suerte en su lote.
Aloi se fue por delante, en su primero respondió a la expectativa creada por su presentación, desde el capote surgió su elegante quehacer y con la muleta regaló una lidia llena de detalles, temple y mucho reposo en su faena.
Se pasó por la cintura a “Chirrisquis” para finiquitar vaciando la suerte, tardó en doblar el novillo pero la oreja ya la tenía ganada.
En su segundo, Bruno se empleó a fondo para meter en su muleta a “Rubencito”, que se fue a las tablas muy rápido, hasta allá lo siguió Aloi que estremeció la plaza con una y otra dosantina, su arrojo le cobró factura, con dos volteretas que rozaron el drama.
Luego de pasaportar al novillo, la ruidosa petición de un segundo trofeo para Bruno no fue considerada por el biombo, Aloi salió al tercio para recibir sólida ovación.
Por su parte Andrés García dejó ir su primer apéndice con el estoque, había resuelto con solvencia la codiciosa embestida de “Pollitas”, pero se alargó en la suerte suprema, hasta el cuarto descabello y encima escuchó un aviso.
Con su segundo, firmó una faena por derecha del gusto general, “Paquito”tuvo motor para ir y venir con claridad, después de la estocada recibió el arrastre lento y el queretano una oreja.
El joven rejoneador Emilio Cano, estuvo a la altura del compromiso, lucio solvente en su primera monta, a pesar de la recurrencia a las tablas de “Sacromonte’’, tuvo que hacer dos viajes con el rejón de muerte.
Con su segundo, fue lamentable como se acobardó el novillo y jamás abandonó las tablas, tanto así que ni los Forcados intentaron su pega, dada la inmovilidad de “Tequileño” Emilio decidió abreviar a pie, el respetable se lo agradeció con sonoras palmas.
